Muere a los 96 años Mikis Theodorakis, el compositor de 'Zorba, el griego', 'Luna de miel' y 'Serpico'

Aunque el nombre de Mikis Theodorakis no resulte ahora tan familiar para el gran público como hace unas décadas, eso no quiere decir que su trabajo haya perdido vigencia. El compositor griego, que ha fallecido a los 96 años, deja tras de sí una larga lista de trabajos entre los que destacan varias bandas sonoras magistrales. 

Nacido en la isla de Quíos en 1925, Theodorakis destacó como un joven prodigio musical hasta que se incorporó a la resistencia antinazi durante la II Guerra Mundial. Durante la posterior guerra civil en Grecia, su activismo político le llevó a ser encarcelado y torturado antes de partir al exilio. Algo que se repetiría a partir de 1967, tras el golpe de estado de los Coroneles. 

Las desventuras de la vida de Theodorakis no impidieron que este destacase por un incansable trabajo como compositor, alternando entre las composiciones clásicas (entre ellas, varias obras basadas en poemas de Federico García Lorca y Pablo Neruda), la música popular y las partituras para el cine. 

Aunque el músico debutó en el celuloide en 1957, sus primeros trabajos destacados llegaron gracias a su asociación con los directores británicos Michael Powell y Emeric Pressburger. El tema principal de Luna de miel, dirigida por Powell en 1959, se convirtió rápidamente en una de sus canciones estelares, arrasando en todo el mundo y siendo interpretado por la española Rocío Dúrcal y los mismísimos Beatles, entre otros. 

En 1965, el compositor cosechó otro éxito gracias a Zorba, el griego, protagonizada por Anthony Quinn y dirigida por Michael Cacoyannis, cineasta con el que trabajó habitualmente en títulos como Fedra y Las troyanas. 

Asimismo, Theodorakis firmó partituras para directores como su paisano Costa-Gavras (Estado de sitio), Agnés Varda (Nausicaa) y Sidney Lumet: la banda sonora de Serpico, el thriller sobre corrupción policial protagonizado por Al Pacino, fue su único trabajo para Hollywood. 

Siempre polémico, y siempre adorado en su país natal, Mikis Theodorakis deja tras de sí una obra tan inclasificable como desbordante, tan llena de desafíos al oyente como de melodías inolvidables. Descanse en paz.