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El Sr. Fajardo Sarret, el Dr. Pérez Pérez, el Dr. Mostaza Prieto y el Dr. Luis Rodríguez Padial, junto a la coordinadora del debate.
El Sr. Fajardo Sarret, el Dr. Pérez Pérez, el Dr. Mostaza Prieto y el Dr. Luis Rodríguez Padial, junto a la coordinadora del debate.
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Las enfermedades cardiovasculares, una pandemia silenciosa que se cobra más vidas que el cáncer o la COVID-19

  • Expertos en la materia participaron en el ‘Debate sobre el riesgo cardiovascular residual’, poniendo sobre la mesa la importancia de prestar atención a estas enfermedades, que son la principal causa de muerte en España.

Cumplir con los tratamientos prescritos por los médicos tras un evento cardiovascular —como un ictus o un infarto— no garantiza que el paciente no recaiga en este tipo de dolencias en un futuro. Se llama riesgo cardiovascular residual a la posibilidad de que estos episodios se repitan pese a llevar un control óptimo del colesterol, la hipertensión u otros factores de riesgo.

Este juega un papel fundamental en las dolencias cardiovasculares, que son la primera causa de muerte en España, provocando de media 350 fallecimientos al día. De hecho, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020 murieron en España 119.853 personas por causa cardiovascular, lo que supuso el 24,3% de los fallecimientos totales; seguidos por las 112.741 (22,8%) defunciones por tumores. 

En la tercera posición se encuentran las enfermedades infecciosas y parasitarias, que enmarcan la COVID-19, con 80.796 fallecimientos (un 16,4% del total). Sumado a que los eventos cardiovasculares no suelen avisar con sintomatología previa, esto lleva a que muchos expertos se refieran ya a las cardiopatías como una pandemia silenciosa.

El lado positivo es que una parte considerable de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares están ligados al estilo de vida del paciente, por lo que se pueden prevenir con la información y voluntad suficientes.

Las cardiopatías son una pandemia silenciosa, porque no suelen avisar con
síntomas previos

El problema se puede abordar desde tres ejes distintos: la prevención y la educación, la adhesión o fidelidad de los pacientes a los tratamientos a largo plazo y la inversión en investigación para dar luz verde a las novedades terapéuticas.

Sobre esto versó el Debate sobre el riesgo cardiovascular residual que se celebró el 22 de noviembre en el hotel NH Colón de Madrid. Allí, se reunieron el Dr. Rodríguez Padial, de la Sociedad Española de Cardiología; el Dr. Pérez Pérez, de la Sociedad Española de Diabetes; el Dr. Mostaza Prieto, de la Sociedad Española de Arteriosclerosis y el Sr. Fajardo Sarret, de Cardioalianza, en calidad de ponentes.

Tras haber pasado por dos infartos y como portavoz de los enfermos cardiovasculares, este último compartió que, aunque desde hace 10 años los pacientes están más empoderados e informados que antes, entre ellos no es habitual hablar del riesgo cardiovascular residual.

Fajardo defiende que, hay una idea generalizada de que el peligro se diluye cuando se toman medicamentos y se goza de los niveles de colesterol LDL (popularmente conocido como malo) adecuados. Además, muchos no son conscientes de que son enfermos crónicos que tendrán que tratarse de por vida.

La importancia de la prevención

De hecho, según dijo el Dr. Rodríguez Padial, es muy común que los pacientes se muestren ansiosos por abandonar los tratamientos y la mitad de enfermos no dura más de cuatro meses sin hacerlo, algo que podría estar originado por la desconfianza de la ciudadanía en la industria farmacéutica, el miedo a los efectos secundarios, los despistes en caso de personas mayores o problemas económicos.

La prevención cobra importancia por todo esto, pues a la larga supone un alivio de la presión asistencial, una reducción de ingresos hospitalarios y un descenso de la mortalidad. Para concienciar sobre la importancia de hábitos como evitar el sedentarismo, no fumar y ceñirse a la dieta mediterránea de cara a disminuir el riesgo cardiovascular, es esencial una labor divulgativa transversal, que empiece con los más pequeños en los centros educativos para formar a ciudadanos más responsables de su salud y concienciados sobre las afecciones cardiovasculares.

La prevención y el seguimiento es clave en las enfermedades cardiológicas.
La prevención y el seguimiento son clave en las enfermedades cardiológicas.
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Desde el ámbito sanitario, en cambio, el Dr. Mostaza Prieto pone en valor la existencia de las unidades de rehabilitación cardiaca. En este caso, el problema es que estas unidades específicas son aún un fenómeno minoritario, y un ejemplo de ello es que los pacientes de cardiopatías periféricas (daño u obstrucción en los vasos sanguíneos más alejados del corazón) suelen quedarse excluidos de las mismas, algo que depende de las dotaciones presupuestarias que tenga cada centro. 

Las administraciones también son esenciales para aprobar nuevos tratamientos, pues se conocen varios aprobados por la Unión Europea cuyo uso aún no se permite en España, como algunos con colchicina.

Otra tarea pendiente al abordar las cardiopatías es la perspectiva de género: tal y como señaló el Sr. Fajardo, la sintomatología de las mujeres es diferente y, además, las afecciones cardiacas están creciendo entre ellas. Esto va de la mano con el cambio poblacional que se vivió tras la incorporación de la mujer al ámbito laboral, algo que implicó una mayor exposición a factores de riesgo como el estrés y el tabaquismo.

Además, son las mujeres quienes sufren más mortalidad por ictus; mientras que son los hombres los más proclives a las cardiopatías isquémicas, según apuntó el Dr. Mostaza.

Las cardiopatías presentan una sintomatología diferente en las mujeres

Con todo, la conclusión del debate fue halagüeña, pues se hacen diagnósticos mejor que antes y con mayor antelación para detectar a pacientes de riesgo; también se conoce cada vez más y el sector terapéutico avanza a pasos agigantados: el omega 3 trata el colesterol de una manera distinta a como se hacía hasta ahora.

Los beneficios son muy importantes, se reducen un 30% los episodios cardiovasculares, destacó el Dr. Pérez Pérez, al igual que la cirugía bariátrica para tratar la obesidad. Se seguirá reduciendo la tasa de riesgos cardiovasculares y alargándose la vida, pues los años que se han ganado hasta ahora tienen mucho que ver con el descenso de la mortalidad cardiovascular, aseveró, para concluir, el Dr. Luis Rodríguez Padial.

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